MENTAL, UN LENGUAJE REALISTA ESTRUCTURAL UNIVERSAL
“El mundo es comprensible racionalmente porque tiene estructura” (Platón)
“¿Qué clase de cosas conozco? La respuesta es ‘estructura’” (Arthur S. Eddington)
“Lo innato no son las ideas en sí, sino la estructura para lograr su conocimiento” (Antonio Colino López)
Realismo
El realismo, en su concepción más simple y general, es que las entidades de un cierto tipo tienen una existencia independiente de nuestras percepciones, esquemas conceptuales, prácticas lingüísticas, creencias, etc.
El realismo es una forma de referirse a algo profundo, básico o absoluto, fundamento de todo. En este sentido, hay consenso general de que debe existir una realidad última, pero no hay consenso sobre la naturaleza de esa realidad última.
Al realismo se opone el antirrealismo, que niega la realidad objetiva de las entidades que se consideran.
Existen muchas concepciones o variantes del realismo, entre ellas:
Realismo material (o materialismo). Solo existe la realidad física.
Idealismo. La mente es todo lo que existe. El mundo externo es una ilusión creada por la mente.
Nominalismo. Los conceptos generales, universales o abstractos no tienen existencia independiente. Solo existen como nombres.
Realismo platónico (o platonismo). Es la visión de Platón de que los universales existen en un reino superior, el reino de las Formas o Ideas. Este reino es perfecto e inmutable, está fuera del espacio y el tiempo. Una Forma es un patrón o arquetipo del cual los objetos son instancias o copias. Las Formas son la clase más fundamental de la realidad y solo son accesibles por la intuición.
Realismo matemático. Las entidades y verdades matemáticas existen en un reino superior, eterno e independiente de la mente humana. Este reino lo descubrimos y no inventamos.
Conceptualismo. Los universales solo existen en nuestra mente.
Realismo modal. Los mundos posibles son tan reales como el mundo real en que vivimos.
Realismo epistemológico. Nuestros conocimientos existen independientemente de nuestra mente.
Realismo indirecto (o representacionalismo). El mundo que percibimos no es el mundo real, sino representación interna o virtual.
Realismo constructivo. Es construir significados nuevos a partir de estructuras básicas de conocimiento.
Realismo científico y realismo científico estructural. Lo comentamos a continuación.
Realismo y Antirrealismo Científico
Realismo científico
El realismo científico es la concepción de que nuestras más exitosas teorías científicas describen correctamente las entidades inobservables (partículas subatómicas, campos de fuerza, radiaciones electromagnéticas, etc.).
El argumentos más poderoso a favor es la concepción denominada “no milagro” (no miracle argument), formulado por J.J.C. Smart, Hilary Putnam y Richard Boyd: si las teorías científicas más exitosas no fueran verdaderas aproximaciones al mundo real, entonces su éxito sería verdaderamente milagroso. Por lo tanto, la mejor explicación del éxito de la ciencia es que las teorías científicas reflejan la realidad inobservable.
Formas o variantes del realismo científico son:
El realismo semántico. Las teorías científicas deben interpretarse literalmente. Sus enunciados tienen sus valores de verdad, en virtud de su correspondencia con la realidad.
El realismo epistémico. El conocimiento de la realidad inobservable es una meta alcanzable y su verdad puede ser conocida.
El realismo metafísico. Las entidades inobservables existen realmente.
El antirrealismo científico
El argumento más poderoso en contra del realismo científico el antirrealismo científico se basa en los continuos cambios de las teorías científicas, y que nuestras mejores teorías actuales serán abandonadas algún día, por lo que no debemos confiar en ninguna. La historia de la ciencia es una sucesión de teorías incompatibles entre sí, por lo que toda teoría es refutable. Es lo que se denomina “meta-inducción pesimista” [Laudan, 1981.
Una forma del antirrealismo científico es el instrumentalismo (a veces identificado con el antirrealismo científico): Los enunciados teóricos y los términos técnicos no deben interpretarse como referentes a nada externo y real, sino como meras herramientas mentales de ayuda, formas disfrazadas de referirse a los fenómenos observables.
Para el positivismo lógico del Círculo de Viena, el realismo científico es solo experimental. Lo único que es válido son los hechos experimentales. De hecho, el realismo científico surgió en el siglo XX como reacción al positivismo lógico.
Según Popper, para que una teoría sea realmente científica debe ser falsable, es decir, que pueda ser rebatida por la experiencia. Por lo tanto, nunca podremos estar seguros de la veracidad de las teorías científicas para las entidades no observables.
Realismo Científico Estructural
El realismo científico estructural −normalmente denominado simplemente “realismo estructural”− como postulado epistemológico se remonta a Poincaré, Russell y Carnap. Pero fue el filósofo inglés John Worrall quien lo introdujo formalmente en la moderna filosofía de la ciencia en 1989, como una forma de superar el realismo y el antirrealismo científico [Worrall, 1989]. Según Worrall, no debemos aceptar el realismo científico, y tampoco debemos ser anti-realistas en ciencia:
Debemos aceptar solo el realismo estructural, es decir, el contenido estructural o matemático de nuestras teorías científicas. Solo la estructura del mundo es cognoscible, no la naturaleza de las cosas cuyas relaciones definen las estructuras. Las teorías científicas nos desvelan, por medio de su estructura matemática, la estructura de la realidad. La estructuras matemática de una teoría se puede identificar como el conjunto de ecuaciones que establecen las relaciones.
Las teorías científicas hay que interpretarlas como estructuras y no como un conjunto de sentencias. El dominio físico de una teoría es una instancia de una estructura matemática. Las teorías científicas hacen reificar las estructuras, los elementos profundos subyacentes.
A través de las sucesivas teorías científicas hay continuidad estructural. Mientras los nombres de las entidades que forman parte de las teorías científicas cambian, las estructuras matemáticas permanecen.
“Cuando nuestras teorías empíricas cambian en el transcurso del tiempo, lo que sí es retenido es el contenido estructural de nuestras teorías. La estructura matemática de nuestras teorías es lo que se retiene y lo que es continuo, aún en casos de cambio teórico radical” [Worrall, 1989].
“Las ecuaciones expresan relaciones, y si las ecuaciones siguen siendo verdaderas es porque las relaciones preservan la realidad” [Worrall, 1989].
Worrall justifica el continuismo estructural poniendo como ejemplo el caso de la óptica, en donde la teoría de Fresnel se cambió a la de Maxwell, pero seguían manteniendose las ecuaciones de difracción y reflexión. En cambio, el término “éter” que aparecía en la teoría de Fresnel no aparece en la teoría de Maxwell, donde se introdujo el concepto de campo electromagnético.
Realismo estructural óntico y epistémico
James Ladyman [1998] distingue entre realismo estructural óntico y realismo estructural epistémico.
Según el realismo estructural óntico, ontológico o metafísico, no hay “cosas”, sino solo estructuras (propiedades y relaciones). Las entidades ontológicas básicas son las estructuras.
Según el realismo estructural epistémico, las teorías científicas se refieren solo a la estructura de las relaciones entre las cosas y no a las cosas mismas. En este sentido hay 3 posturas:
No podemos conocer los elementos que constituyen la naturaleza del mundo, pero podemos conocer sus propiedades y relaciones.
No podemos conocer los elementos que constituyen la naturaleza del mundo ni sus propiedades intrínsecas (no relacionales), pero podemos conocer sus propiedades relacionales de primer orden.
No podemos conocer los elementos que constituyen la naturaleza del mundo ni sus propiedades intrínsecas (no relacionales) ni sus propiedades relacionales de primer orden, pero podemos conocer sus propiedades relacionales de segundo orden: las asociadas a la experiencia sensible, a las percepciones.
El realismo estructural de Worrall es de corte epistemológico: solo podemos conocer la estructura del mundo, permaneciendo incognoscible su ontología.
Según el estructuralismo empirista de Bas van Fraason [1980], las teorías son verdaderas si son empíricamente adecuadas, es decir, si explican los fenómenos. No se justifica el asumir una estructura al mundo. Basta con considerar la estructura externa de los fenómenos. El realismo estructural ontológico es innecesario.
El realismo estructural actual es el propuesto por Steven French y James Ladyman [2003]: Todo lo que hay es estructura; Nuestras teorías científicas son capaces de capturar las estructuras existentes de la realidad. Las estructuras son las primitivas ontológicas. El conocimiento estructural aportado por las teorías científicas agotan todo lo que puede conocerse del mundo, pues las estructuras son el elemento último de la realidad.
Esta postura concilia el realismo estructural óntico y epistémico al considerar que lo único que hay es estructura, que el contenido estructural es lo único que existe y, por lo tanto, lo único que podemos conocer.
El realismo estructural de Poincaré
Henri Poincaré es considerado el principal precursor del realismo estructural:
Estructuras cognoscibles.
Las entidades inobservables postuladas por las teorías científicas son los noúmenos kantianos, es decir, las cosas en sí. Pero matiza a Kant al decir que los noúmenos pueden conocerse indirectamente mediante las relaciones entre ellos.
Tenemos acceso directo epistémico a nuestras percepciones, que son de naturaleza privada y no pueden transmitirse. Pero podemos comunicar relaciones entre experiencias sensoriales, como por ejemplo que un color es más oscuro que otro (solo podemos transmitir la estructura o relación “más oscuro que”). La realidad cognoscible no son las cosas mismas, sino únicamente las relaciones entre las cosas, es decir, las estructuras.
“Clasificar las cosas en clases naturales no es lo que puede alcanzar la ciencia, como piensan los dogmáticos ingenuos, sino solamente las relaciones entre las cosas; fuera de estas relaciones no hay realidad cognoscible” [Poincaré, 2002].
Objetividad matemática.
La realidad objetiva es lo que es común a todo, que es la armonía de las leyes matemáticas. La historia de la ciencia es la historia de la evolución de las concepciones de esas relaciones y no de las concepciones de los objetos.
Continuidad estructural.
A través del cambio de teorías científicas hay continuidad, pero esa continuidad no es de ontología, sino de estructura. Las nuevas teorías matemáticas retienen la estructura matemática de las teorías antiguas porque las estructuras matemáticas de las teorías científicas representan las estructuras del mundo.
Poincaré identificaba la estructura matemática de una teoría (incluso la propia teoría) con las ecuaciones de la teoría. Sobre la teoría electromagnética de Maxwell decía: “La teoría de Maxwell son las ecuaciones de Maxwell”.
Worrall tomó de Poincaré este concepto de continuidad estructural e identificando también estructura con ecuaciones.
Según Javier de Lorenzo [2008], Poincaré era un “constructivista estructural”, una posición que está más allá del realismo estructural y del empirismo estructural.
El realismo estructural de Russell
Bertrand Russell realizó una primera defensa del realismo estructural en “Los Problemas de la Filosofía” (1912). En su obra de 1927 “Análisis de la Materia” [Russell, 1976] presenta una defensa detallada. El argumento central de esta defensa es una teoría causal de la percepción basada en dos principios:
El principio de Helmholtz-Weyl: diferentes percepciones (o perceptos, las unidades básicas de la percepción) implican diferentes causas.
El principio de relaciones especulares: Las relaciones entre perceptos corresponden a relaciones entre causas no perceptuales, de tal manera que se preservan las propiedades lógico-matemáticas.
A partir de estos principio, Russell argumenta:
La percepción no produce conocimiento directo de los objetos externos. Solo produce conocimiento directo del carácter intrínseco o cualitativo de los perceptos, pero no de los objetos del mundo externo. Sin embargo, los perceptos codifican información sobre el mundo externo. Por lo tanto, la única forma de obtener conocimiento del mundo externo es realizar inferencias de nuestras percepciones. Y todo lo que podemos inferir es de tipo estructural.
La estructura de nuestras percepciones es isomorfa a la estructura del mundo. Esta estructura es de tipo lógico-matemático.
Lo único que podemos conocer es la estructura y relaciones de segundo orden del mundo, el mundo de los fenómenos empíricos, no las propiedades físicas de primer orden (las ontológicas o intrínsecas).
Las relaciones externas (entre percepciones) tienen la misma estructura lógico-matemática que las relaciones internas; y, por lo tanto, la ciencia solo puede describir el mundo como un isomorfismo de segundo orden de la estructura del mundo.
“La única actitud legítima acerca del mundo físico parece ser de agnosticismo completo respecto a todo excepto sus propiedades matemáticas” [Russell, 1976].
Esta posición de Russell es de realismo estructural porque conocer las propiedades matemáticas de las relaciones sin conocer sus elementos es equivalente a decir que solo conocemos la estructura del mundo.
El empirismo estructural de Carnap
Carnap fue defensor e impulsor del positivismo lógico, según el cual lo único válido son los hechos experimentales. No tiene sentido especular sobre la naturaleza profunda (inobservable) de la realidad. Hay que atenerse a los hechos fenoménicos y a sus relaciones o estructuras.
El enfoque de Carnap está basado en el empirismo estructural, la lingüística y la lógica formal:
Empirismo estructural.
Todo enunciado científico puede ser transformado en un enunciado estructural. Todo lo que no pertenece a lo estructural sino a lo material es al final subjetivo. Lo objetivo son las descripciones estructurales de la realidad. La ciencia solo puede conocer las características puramente estructurales y lógicas del mundo empírico, estructuras que solo se aceptan para organizar, explicar y predecir fenómenos empíricos.
El problema lingüístico.
En su ensayo “Methodological Character” –considerado la culminación del programa positivista– afirma que intenta disolver más que resolver la disputa entre realismo e instrumentalismo. El problema es de tipo lingüístico y semántico más que ontológico. La discusión no debe ser abordada de la forma ¿Son reales las entidades teóricas?, sino de la forma ¿Preferimos un lenguaje de la física (y de la ciencia en general) que contenga términos teóricos o un lenguaje sin tales términos? Es una cuestión de preferencia y decisión práctica [Carnap, 1974].
Para Carnap, preguntas como ¿Son reales los electrones? y ¿Se puede demostrar que los electrones son reales? son preguntas sin sentido, sin contenido cognitivo, porque están formuladas fuera del marco lingüístico de la ciencia e implican a la metafísica. Dentro del marco científico los entes físicos (partículas cuánticas, ondas, etc.) no solo tienen significado teórico sino que tienen también utilidad práctica para los científicos.
Carnap desarrolló un lenguaje sistematizado para integrar la teoría y la observación empírica. Distinguió entre entidades observables y no observables. Pero como el lenguaje no distingue los predicados sobre la base de la categorización observacional, Carnap dividió el vocabulario en dos categorías: términos observables (O) y términos no observables o teóricos (T). Y utilizó las sentencias Ramsey para capturar el contenido factual de una teoría. Una sentencia Ramsey es una proposición lógica en la que los términos no observables se han sustituido por términos observables.
El realismo estructural y los diversos autores
Galileo.
El libro de la naturaleza está escrito en el lenguaje de las matemáticas. Por lo tanto, la matemática es la naturaleza profunda de la realidad. La realidad es de tipo matemático y, por lo tanto, estructural. Galileo reificó la imagen del mundo, estableciendo correspondencia directa entre teoría científica y realidad.
Kant.
La realidad profunda, el noúmeno, la cosa en sí (ding-an-sich), es incognoscible. Solo podemos conocer la realidad superficial (fenoménica). Ese conocimiento está condicionado y restringido por nuestras estructuras mentales.
Wittgenstein.
Hay isomorfismo entre realidad externa, interna y lenguaje. Las estructuras son las mismas.
Ernst Cassirer.
Las partículas cuánticas no tienen sustancialidad e individualidad, existen solo en relación con el campo en el que está inmerso. El campo no es una” cosa” sino un sistema de efectos.
Joseph D. Sneed.
“El estructuralismo es esencialmente una concepción acerca de la forma lógica de las aserciones de las teorías empíricas y de la naturaleza de los predicados que se usan para hacer estas aserciones” [Sneed, 1983].
Grover Maxwell [1971].
Defendió la versión epistémica del realismo estructural, haciendose eco de la posición de Russell: no podemos conocer las propiedades de primer orden (ontológicas) de los objetos físicos, pero podemos conocer las propiedades de orden superior: las propiedades estructurales.
Maxwell fue el acuñador del término “realismo estructural” en 1968 [Maxwell, 1968] para referirse a la posición de Russell.
David Lewis.
Todo lo que existe es una red interconectada de propiedades intrínsecas y relaciones espacio-temporales. No hay entidades abstractas. Todos los hechos del mundo son hechos particulares o combinación de ellos. Las propiedades intrínsecas son las que posee una entidad, independientemente de todas las demás entidades. Las propiedades extrínsecas son no-intrínsecas o relacionales.
Los problemas del realismo estructural
El realismo estructural presenta varios problemas o desafíos principales:
El problema de Max Newman [1928].
Es de tipo epistémico. Afirma que todo lo que tiene que decir el realismo estructural sobre el conocimiento de la realidad es o trivial (no añade conocimiento alguno) o falso. Por ejemplo, si un dominio físico es un conjunto de una cierta cardinalidad, entonces lo que subyace tras las propiedades y relaciones observables de ese dominio tendrá una estructura de la misma cardinalidad.
Newman replicó así a a los argumentos de Russell expuestos en “Análisis de la Materia” (1927).
El problema ontológico.
Es de tipo metafísico. Afirma que el realismo estructural no aclara cual es la ontología que se oculta tras las estructuras. Tampoco separa claramente estructura y ontología, pues las estructuras se pueden considerar ontología. Se trata en definitiva del problema (o dialéctica) relacionismo-sustancialismo.
El problema de la estructura pura (sin sustancia).
No se puede afirmar que una estructura es real prescindiendo de los objetos que conforman dicha estructura. La forma es inseparable de la materia (o sustancia). Las estructuras no pueden separarse de las ontologías. “¿Tiene sentido concebir una estructura que no sea estructura algo? Una estructura de nada es nada” [van Fraassen, 2007].
Según van Fraassen [2006], si no hay nada más que estructuras, entonces no tiene sentido que hablemos de estructuras. La distinción entre estructura y no-estructura desaparece.
El problema del concepto de estructura.
El realismo estructural no especifica cuales son los tipos de relaciones que existen en una estructura. Se remite al concepto de estructura matemática: un sistema axiomático formal basado en la teoría de conjuntos y lógica de predicados. Esta definición de estructura es ambigua, pues no se define de forma precisa. Tampoco aclara si existen unas relaciones primarias o fundamentales con las cuales se pueden construir las estructuras.
El problema de la representación.
Según el realismo estructural, las teorías científicas representan –mediante estructuras matemáticas– la estructura de la realidad. Pero no explica en qué consiste exactamente este mecanismo de representación.
El problema de las interpretaciones.
Una estructura puede tener más de una interpretación. Dicho de otra forma, dada una estructura formal, no es posible identificar un referente físico único.
Además, una estructura matemática no es compatible con ontologías diferentes, pues toda estructura matemática lleva aparejada una carga ontológica. Ningún lenguaje, ni siquiera el matemático está libre de ontología.
Ladyman propone considerar solo el realismo estructural óntico, pues la forma de abstenerse de realizar diferentes interpretaciones de una determinada estructura.
El problema de las diferentes formalizaciones.
Una teoría puede tener varias formalizaciones equivalentes empíricamente. El problema surge cuando las diferentes formulaciones de una teoría implican diferentes estructuras matemáticas. Además, el formalismo condiciona (y a veces determina) la interpretación.
Un ejemplo representativo de este problema son las dos teorías matemáticas de la física cuántica: la matricial de Heisenberg (de 1925) y la ondulatoria de Schrödinger (de 1926). En 1932, Von Neumann demostró en 1932 que ambas teorías eran equivalentes. Sin embargo, las dos teorías describen realidades físicas diferentes. La primera es una teoría de física discreta, y la segunda es de física continua. Pero el realismo estructural debía esperar que la estructura matemática subyacente fuera la misma, lo que no es el caso. Falla la inferencia realista estructural de que la teoría captura la estructura de la realidad porque formalizaciones diferentes hacen referencia a estructuras diferentes.
El problema de la continuidad de las estructuras matemáticas.
La historia de la ciencia aporta episodios en los que las estructuras matemáticas de las teorías científicas no parecen haber sobrevivido.
El problema de la idealización.
Las teorías científicas no pueden considerarse descripciones literales de la realidad porque las descripciones teóricas están idealizadas.
El problema de la mente.
¿La mente forma parte del realismo estructural? Si la mente se considera que forma parte de la naturaleza y tiene estructura, entonces tenemos que considerar el realismo estructural como universal.
Realismo estructural universal
Según el realismo estructural, el dominio físico de una teoría es una instancia de una estructura matemática. De aquí se sigue que si el dominio de una teoría se extiende al universo entero, entonces el universo entero es una instancia de una estructura matemática de una cierta clase o categoría. En otras palabras, el universo físico es isomórfico a una estructura matemática. Esta filosofía se denomina “realismo estructural universal”, que también tiene sus concepciones epistémica y óntica:
Según la versión óntica, el universo entero no es más que una estructura matemática, y que la noción de “sustancia” no tiene sentido. La estructura matemática es lo único que existe. Es la teoría de la Hipótesis del Universo Matemático (HUM) de Max Tegmark [2008]. [ver Adenda].
Según la versión epistémica, solo podemos conocer la estructura matemática del universo.
Si se afirma que el universo físico es una instancia de una estructura matemática, se puede suponer que puede haber otros universos físicos que sean instancias de la misma estructura matemática o instancias de otras estructuras matemáticas diferentes.
Realismo estructural informacional
Según Luciano Floridi [2007], el realismo estructural óntico y epistémico son reconciliables a través del realismo estructural informacional. El mundo es la totalidad de los objetos informacionales interactuando dinámicamente entre sí.
MENTAL y el Realismo Estructural
Con el paradigma universal de los arquetipos primarios y MENTAL como lenguaje universal que relaciona esos arquetipos primarios, el concepto de realismo estructural se clarifica:
Realismo estructural universal.
Mente y naturaleza comparten los mismos arquetipos primarios. Por lo tanto, el dominio de ontología y epistemología es el mismo. Hay isomorfismo estructural entre mundo interno, mundo externo y lenguaje.
MENTAL es un realismo estructural universal en el sentido de que contempla y unifica mundo interior y mundo externo a través de los arquetipos primarios, que son el fundamento de la conciencia. Las estructuras son relaciones entre las manifestaciones de los arquetipos primarios.
El realismo estructural óntico y epistémico son reconciliables, no a nivel informacional (como sostiene Floridi), sino a nivel de los arquetipos primarios. La información no puede servir como fundamento porque se trata de un concepto indefinible, como la conciencia.
Tipos de relaciones.
Con MENTAL se aclaran los tipos de relaciones que pueden existir para formar estructuras: las definidas por los arquetipos primarios (cualitativas, cuantitativas, genéricas, condicionales, etc.). Además de estas relaciones, su “sustancia” (para creat estructuras concretas) consiste básicamente en átomos, que son dígitos y letras. Estas relaciones pueden ser operativas y descriptivas.
MENTAL trasciende la matemática. Las estructuras de MENTAL son mucho más ricas que las estructuras matemáticas convencionales. Las estructuras no son solo formas lógicas (como dice Seed) ni solo ecuaciones (como dice Worrall), sino las relaciones definidas por los arquetipos primarios.
MENTAL permite expresar las extrañas relaciones del mundo microscópico o cuántico (entrelazamiento, efecto túnel, etc.) y también las relaciones del mundo macroscópico.
Estructuras.
Aparentemente hay 4 tipos de estructuras, pero son las mismas: 1) las estructuras externas, empíricas o fenoménicas; 2) las estructuras ónticas (inobservables) de la realidad; 3) las estructuras mentales o internas; 4) las estructuras lingüísticas.
MENTAL une lingüística y estructuras. Son la misma cosa. Toda estructura es lingüística y toda expresión lingüística es estructural.
Las primitivas no son las estructuras, como afirman French y Ladyman. Las estructuras son de segundo orden. Los arquetipos primarios son las primitivas ontológicas y epistemológicas (con las que se construyen las estructuras internas y externas) son de primer orden.
Y las estructuras no es lo único que hay: hay elementos de tercer orden, que son los modelos, las interpretaciones de las estructuras.
Arquetipos.
La objeción esgrimida contra el realismo estructural de que no tiene sentido establecer estructuras sin hacer referencia a los elementos que las conforman se resuelve fácilmente: Los arquetipos primarios son las estructuras profundas, inexpresables y que se manifiestan en estructuras particulares. Tiene pleno sentido hablar de estructuas abstractas, independientemente de su contenido concreto. La forma es separable de la materia. “Los arquetipos son formas sin contenido” (Jung). La realidad, en último término, está constituida por estructuras abstractas.
Lenguaje universal.
MENTAL es la gramática universal y el lenguaje universal (la semántica estructural es la misma que la semántica lexical) que permite expresar las estructuras, las relaciones entre todas las cosas mediante los arquetipos primarios.
El concepto de realismo estructural está motivado por la física cuántica. Pero en MENTAL el realismo estructural es universal, válido para toda la realidad (interna y externa), para el mundo microscópico y el macroscópico. Es un lenguaje arquetipal válido para todas las cosas y fenómenos, para lo estático y lo dinámico. Sigue el principio del hermetismo: “Como es arriba es abajo, como es adentro es afuera” (El Kybalion).
Teorías científicas.
Una teoría es tanto más exacta cuanto más se aproxima la realidad estructural epistémica a la realidad estructural óntica. Lo ideal es que ambas estructuras coincidan.
La “continuidad estructural” a la que se refieren Poincaré y Worrall no son las estructuras matemáticas concretas, sino que son los arquetipos primarios, que siempre están presentes en todas las teorías científicas.
Conocimiento objetivo y subjetivo.
Lo subjetivo es lo superficial, concreto y particular. Lo objetivo es lo profundo, lo abstracto y lo genérico o universal. En este sentido, MENTAL es un lenguaje totalmente objetivo, libre de subjetividad.
Límites del conocimiento.
La realidad profunda no es que sea incognoscible (como decía Poincaré), sino que pertenece a otro modo de conciencia: al asociado al modo del hemisferio derecho del cerebro (la conciencia intuitiva). Es incognoscible desde el punto de vista del modo izquierdo (la conciencia racional). El límite de nuestro conocimiento lo establecen los arquetipos primarios que conectan lo profundo con lo superficial, lo intuitivo con lo racional.
Filosofía.
No hay que hacer filosofía de la ciencia, pues MENTAL nace de principios filosóficos (los arquetipos primarios, que son a la vez categorías filosóficas). MENTAL es una metafísica científica. Es una metafísica naturalizada o reificada.
Simplicidad.
MENTAL es la teoría más simple posible. Sigue el principio de la navaja de Occam: la teoría más simple es la que más posibilidades tiene de ser verdadera.
En definitiva, MENTAL no es una teoría científica más. Es una teoría universalista y falsable. Es el lenguaje de la estructura profunda de la realidad y de los mundos posibles.
Además, existe una conexión con la cuestión de Wigner. El mundo es comprensible porque mente y naturaleza tienen la misma estructura porque comparten los mismos principios: los arquetipos primarios.
Adenda
Teoría de grupos, estructuras e invariantes
La teoría de grupos desempeña un papel importante en la ontología y epistemología estructural de la física.
“¿Qué clase de cosas conozco? La respuesta es ‘estructura’. Para ser precisos, es estructura de la clase definida e investigada por la teoría matemática de grupos” [Eddington, 1939].
Un tipo de relaciones muy importante son las de simetría, que se describen mediante la teoría de grupos. Una simetría es una transformación de una estructura u objeto que la deja invariante en algún aspecto. Un grupo de simetría es un conjunto de simetrías que tiene estructura de grupo. Los objetos matemáticos se pueden caracterizar en términos de transformaciones de simetría que las deja invariantes.
La idea de invariante es la clave del concepto relacional de la realidad, no solo en física, sino en cualquier ciencia. La idea es que podemos tener varias representaciones de una estructura física que pueden transformarse una en otra. Los invariantes son el fundamento de la objetividad, pues la realidad es una clase de invariancia de una estructura.
Según Max Born, los invariantes son los conceptos de la ciencia, de la misma forma que el lenguaje ordinario habla de “cosas”. Para Ernst Cassirer los objetos son invariantes individuales. Para Weyl, objetividad significa invarianza respecto al grupo de automorfismos.
La teoría bootstrap
Según la concepción bootstrap de Geoffrey Chew (presentada en los años 1960s), todas las partículas cuánticas se sostienen entre sí gracias a las relaciones entre ellas. No existen entidades físicas independientes. Todo está interrelacionado. La naturaleza es una red dinámica de sucesos interrelacionados. Las cosas existen en función de sus relaciones mutuamente consistentes.
La Hipótesis del Universo Matemático (HUM), de Max Tegmark
El universo es isomórfico a una estructura matemática. Nuestra realidad física externa es una estructura matemática. Es decir, el universo físico es matemático, pero las subestructuras autoconscientes que contiene hacen que tengamos experiencias conscientes y percibamos subjetivamente como un mundo físico real. Todos los universos correspondientes a diferentes estructuras matemáticas pueden considerarse igualmente reales. La teoría HUM está elaborada dentro de la Hipótesis del Universo Computable (HUC), que establece que todas las estructuras matemáticas computables existen. La HUM es un platonismo matemático radical.
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